viernes, 29 de julio de 2011

ganar - perder - Parte 2

Las batallas no se ganan o pierden, se combaten. El tema es cuando no las hay, sólo son inventadas, es un poco lo que vivimos en el día al día en la televisión "de aire".

Alguien inventa algo, otros le creen, y así las cosas, parece que suceden.

Y aquellos que no vemos televisión "de aire", o sea, no registramos mediocridades, no entendemos cuando se nos habla de que alguien dijo esto o aquello, ni se nos pasa por la mente que alguien pueda revelar correo privado que alguien le envió, ni entendemos, tampoco, mucho que es eso del Facebook o de los twitts. Tampoco entendemos cómo se arman cadenas de mails que se inician en un Hola, siguen en una Ola, y terminan en un Tsunami.

Y de a poco, por no "pertenecer", uno se queda en ese rinconcito, quizás cómodo, pero que lo aleja de esa cotidianeidad que nos molesta, entonces, simplemente, nos convertimos en culpables, sólo porque alguien dijo que venía un Tsunami, y otros le creyeron.

Tengan todos buenas noches y dulces sueños.

Los dejo con este señor:

Paseando por Buenos Aires 2



Otro de los lugares que visitamos en estas vacaciones de invierno con Gus y los chicos fue la "Manzana de las luces". Me sorprendió, al comentarlo en el trabajo, que algunos me preguntaran "qué es eso?"...

La "Manzana de las luces", es una manzana histórica de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que se encuentra rodeada por las calles Bolívar, Moreno, Alsina, Avenida Julio A. Roca (Diagonal Sur) y Perú. En ella están ubicados el Colegio Nacional de Buenos Aires, la Iglesia de San Ignacio, el antiguo edificio de la Universidad de Buenos Aires y otros edificios históricos. Ha sido bautizada de esa forma por el periódico El Argos el 1 de septiembre de 1821, debido a las instituciones intelectuales que allí se encontraban instaladas.

En 1942 fueron designados como Monumento Histórico la Iglesia de San Ignacio y la Sala de la Antigua Junta de Representantes. En 1943, el Colegio Nacional de Buenos Aires fue designado Lugar Histórico. En 1981 la designación de Monumento Histórico se extendió a las ex-Procadurías Jesuíticas (Perú 272 y Alsina) y a las ex-Residencias Jesuíticas (Perú 272/94 y Moreno). En ese mismo año, todo el conjunto comprendido entre las calles Moreno, Perú, Alsina y Bolívar fue declarado Lugar Histórico.

Web de la Manzana de las Luces

Para visitarla tomamos la visita guiada que sale $10 (no $7 como dice en la página oficial) y la cual incluye una visita por los túneles, cosa que me pareció muy atrayente. El tema es que dependiendo la hora de la visita, te perdés uno u otra parte de la misma, o sea, las visitas no abarcan siempre los mismos puntos, a nosotros, por ej, no nos llevaron ni al Nacional Buenos Aires (ojo, sólo se visita la fachada) ni a la Iglesia de San Ignacio. Nuestra visita incluyó: Casas Virreinales, Sala de Representantes y de la Presidencia de la Legislatura de Bs. As., y Túneles del siglo XVIII.

En particular la visita me pareció corta (puede ser por la hora, tomamos la de las 6pm) y eramos como 100 personas, lo cual dificultaba todo, ni hablar del descenso a los túneles.

La visita comenzó con una introducción de lo que ibamos a hacer, luego pasamos a la Sala de Representantes, donde se nos contó la historia del lugar, que inicialmente fueron 5 casas destinadas a alquiler, lo que se llamaba casas redituantes. Posteriormente se nos contó la historia de la Sala y la función que cumplió a lo largo de la historia, desde su construccion en 1821 como Sala de Representantes, y sin dejar de lado las historias de muertes, como la de Manuel Masa que fue asesinado en lo que era su estudio pero que originalmente había sido la cocina de una de las casas. De más está decir que no faltó la anécdota de los ruidos que se escuchan por la noche y que se le atribuyen al fantasma del finado.


Después pasamos al Patio de la Procuradoria, claustro jesuitico construido en 1730 para depósitos de mercaderías de las misiones, con estas hermosas galerías.


En una de las cuales se encuentra la entrada que lleva a los túneles y también un bonito lugar ambientado al estilo de principios de 1800, que nos transporta a la Buenos Aires colonial. Allí se puede disfrutar de un chocolate, un té, un café, acompañados de exquisitas tortas, o también almorzar o cenar. Es atendido por personal vestido acorde a la época.


Tomamos el pasillo que nos llevaba a los túneles, allí nos dividieron en dos grupos y por medio de una escalera caracol bajamos al lugar donde 3 túneles se unen. Desde allí, se puede apenas entrar al inicio de cada uno de los túneles, ya que por seguridad y porque la gente es tontonaza y toca lo que no debe tocar, hay una reja que no permite el ingreso a ninguno de ellos, lo cual fue una decepción para la mayoría de los que compartíamos la visita.


Terminada la visita, por nuestra cuenta nos fuimos a la Iglesia de San Ignacio


Concluyendo nuestro paseo contemplando la fachada del Nacional Buenos Aires.


Un lindo paseo, altamente recomendable, para reencontrarnos con nuestra historia.

jueves, 28 de julio de 2011

Copiando

a mi querido amigo Luigi, para vos, Ale...

Te extraño, y eso no va a cambiar nunca.




but..

martes, 26 de julio de 2011

Taipei


Recuerdo haber pasado horas con partidas del taipei, allá por esos tiempo cuando los monitores eran de "fósforo blanco", y el windows apenas estaba transitando su tierna niñez.
Me encantaba, eran épocas complicadas en el amor, mis primeras partidas.
Al jugar al taipei, no podía evitar pensar en ese viejo refrán: "Afortunado en el juego....", e intentaba, inútilmente, sabotearme y pensar que quizás, las cartas no estaban dadas de la forma más fácil y que al final de la partida perdería sin proponérmelo y que, en la partida que realmente me importaba, el supuesto caballero sabría ver ese brillo aparentemente oculto en ese peón...
Pero no, usualmente ganaba, siempre en el juego, obviamente.
Por estos días he vuelto a jugar a un Taipei moderno, ya no soy tan supersticiosa, o quizás, la vida me ha enseñado que hay cosas que nunca se encuentran porque no es tan fácil verlas, por eso juego libremente, y sigo ganando, obviamente.

lunes, 25 de julio de 2011

la casa



Recuerdo la entrada, esa puerta de madera casi majestuosa, el frente con rejas, de estilo colonial.
El ingresar por el amplio pasillo y pasar la puerta con vidrios viscelados, el hall de entrada con hermosos vitraux iluminados por la luz del patio donde estaba el aljibe, ese aljibe con tantas historias, ese patio con tantas historias, esa casa, con tantas historias.
A la derecha del hall se abría la entrada a esa amplia habitación que tanto temíamos, majestuosamente amueblada con esos sillones estilo Luis XV, pero que siempre o casi siempre, estaban cubiertos por esas casi túnicas color blanco y que sólo veíamos libres de atuendo cuando un acontecimiento poco deseado ocurría.
Esos pisos de madera que crujían apenas al pisarlos, y que por las noches parecían lamentarse, como quienes tuvieron ese lugar, como el último paso antes de su morada final.
En esa habitación siendo muy pequeña, vi velar a las tías de mi padre, sin entender mucho, con esa eterna curiosidad que tenemos los chicos por esas tarjetitas que me encantaba robar y no sabía, realmente, cual era su fin. Un saludo final a quien se despedía de este mundo? Una palabra de apoyo a quienes quedaban? Un garabato forzadamente entendible que sólo tenía el motivo de figurar?
Recuerdo que siempre que pasábamos por esa habitación con mis amigas, obligado camino si entrábamos por la entrada principal hacia mi cuarto contiguo, yo les decía: "Corran!!"... y por las noches, cuando el silencio casi invadía todo, y el crujir de las maderas se hacía sentir más que nunca, me tapaba hasta la cabeza, cerraba fuerte los ojos, y cantaba, en mi mente, sólo cantaba hasta dormirme.... hasta que fue papá quien transitó su último paso por ese cuarto.

domingo, 24 de julio de 2011

Rust Never Sleeps




Paseando por Buenos Aires

Las vacaciones de julio trajeron la visita de Gus y Agus. Mi hermano mayor es el único que sigue viviendo en nuestra ciudad natal, por lo cual no nos vemos mucho, pero el contacto entre nosotros es fluído gracias a internet.

No obstante eso, el contacto directo es diferente, y con Gus pasamos mucho tiempo recordando anécdotas familiares, es increíble la memoria que tiene, pero además, de todos, fue quien más tiempo pasó en su infancia escuchando las historias de las hermanas de mi abuela, las Miranda, pero esos recuerdos serán, seguramente, motivo de algún otro post.

Como era más que obvio, las mellis quisieron venirse a Capital a ver al primo, los tres tienen casi la misma edad y son muy compinches, así que organizamos salida para todo el finde.

Al salir de la Feria del Libro, cada uno con su bolsita y por supuesto una adicional para la peque (qué bueno es que los chicos lean!!!), decidimos pasear por Recoleta, entonces Maiu dice:
"Caia, quiero ir al cementerio!!".
Miré la hora, eran poco más de las 5pm, el Cementerio de la Recoleta cerraba en una hora.
Hacia allí fuimos, casi corriendo entre la muchedumbre que inundaba la plaza.

El Cementerio de la Recoleta no es un lugar para recorrer en una hora, si bien la visita guiada gratuita que ofrece dura poco más que ese tiempo, pero la misma sólo abarca algunas de las tumbas y mausoleos más importantes. No obstante, es altamente aconsejable tomarla, como ya dije, es gratuita y se puede tomar a las 14hs y a las 16hs.

Obviamente no llegamos a tomarla, pero yo lo había hecho un tiempo atrás, así que oficié de guía.

Maiu y Pef maldijeron no haber llevado sus cámaras fotográficas, yo también, si bien tengo algunas fotos que tomé en la visita anterior.

A las 6pm nos echaron, Maiu quería quedarse, Pefi tenía miedo (a esa hora, algunas de las esculturas parecen tomar vida), Agus se reía de ambas. Gus se fue contento ya que alcanzó a ver el Mausoleo de los Caídos en la Revolución del Parque, construído en honor al episodio de la historia del radicalismo, y donde descansan los restos de Hipólito Irigoyen, Arturo Illia y Leandro N. Alem, y donde también estuvo "Alfonso" por un tiempo.


No faltó el paso por la tumba de Rufina:


Pero nos faltó tiempo para ver muchos de esas maravillosas obras de las cuales se puede disfrutar. Con las chicas quedamos en que volveremos pronto, cada una con su camarita, para tomar fotos como estas:









Bueno, quizás mejores :).