viernes, 8 de julio de 2011

Eterno

Plagio o no plagio, más allá de todo cuestionamiento, Gary Moore, será siempre un grande a quien extrañaremos.

Temazo, que recordé apenas me enteré de su muerte, hace unos meses.

jueves, 7 de julio de 2011

Emaús

La lectura del libro de Baricco, me recordó al tema bíblico: el episodio en el cual se cuenta como Cristo ya resucitado, se apareció a dos de sus discípulos y éstos no supieron reconocerlo hasta que fue demasiado tarde.


Creo que el nombre que eligió para su libro este escritor-poeta italiano no pudo ser más apropiado. El libro trata de 4 adolescentes pertenecientes a la clase media, y de formación profundamente católica. La aparición de Andre una chica procedente de la clase alta y con costumbres muy liberales actuará como catalizador de una crisis que los llevará al derrumbe de todas sus certezas. Los jóvenes se enfrentarán a la realidad sin saber reconocer sus matices y contradicciones.

Emaús, también, me recuerda a uno de mis pintores favoritos: Caravaggio, por aquel cuadro, del mismo nombre, que plasma el episodio bíblico, con luces y sombras, de la misma forma que Baricco nos cuenta su historia:


Aunque de su obra, la que más me impactó, quizás por verla en vivo, en la Catedral de esa hermosa ciudad que es Toledo, es ésta:


Y ninguna de estas obras es la mejor de este gran artista.

Recomiendo "Emaús" de Baricco, de editorial Anagrama.

Leí que la publicación italiana viene con la contratapa en blanco. La clave está en la respuesta ausente a la pregunta que se hacen los discípulos cuando desaparece Jesús. La misma que se hacen los cuatro amigos protagonistas de la historia:

¿Cómo hemos podido no saber, durante tanto tiempo, nada de lo que era, y a pesar de todo, sentarnos a la mesa de todas las cosas y personas que íbamos encontrando a lo largo del camino? Corazones pequeños —los alimentamos con grandes ilusiones y al final del proceso caminamos igual que discípulos hacia Emaús, ciegos, al lado de amigos y amores que no reconocemos —fiándonos de un Dios que ya no sabe nada sobre sí mismo. Por eso conocemos la marcha de las cosas y luego recibimos el final de las mismas, pero siempre ausentes de corazón, Somos aurora y, no obstante, epílogo –perenne descubrimiento tardío.

martes, 5 de julio de 2011

Intrascendencias

En estos días, algunos compañeros de trabajo me preguntaban, cordialmente, como es de suponer: "Cómo la pasaste?", refiriéndose a mi cumpleaños, suceso que aconteció poco más de una semana atrás.

La verdad es que les contesté lo real, o sea, fue un día como cualquier otro, o quizás ni eso, sólo pasó, como pasan los días.

Recordé, entonces cómo pasé ese día, o quizás esa noche, un año atrás, y creo que prefiero este transcurrir gris a ese padecer en un rojo que duele.

Por estos días ando leyendo y mirando pelis, obviamente la música nunca falta, pero mientras leo, no debe ser tan especial como para desviarme del libro.

Baricco es mi preferido, quizás por ese dejo de nostalgia que imprime en cada una de sus frases.

Algunas de ellas:

Seda:

"Era, por otra parte, uno de esos hombres a los que les gusta asistir su propia vida, considerando impropia cualquier ambición de vivirla."

"Morir de nostalgia por algo que no vivirás nunca."

Emaús

"De todas formas somos felices, o por lo menos creemos que lo somos"

"En realidad, ésa es la anomalía, la locura con la que refutamos el teorema de nuestra simplicidad"

Por estos días, también medito mucho en que quizás, no deba confiar tanto en la gente. Menos si la condescendencia es parte de su rutina, y que no se confunda con cortesía, son cosas muy diferentes.

Propuesta musical, un tema que tengo que bajar a pedido de alguien que, por estos días se merece mi tiempo, y tiene que ser esta versión, de Soda con Aterciopelados.



Pelis, otro día.

domingo, 3 de julio de 2011

Yoko Shimomura

Yōko Shimomura nació en 1967 en Japón.


Cuando tenía 5 años, sus padres la anotaron en clases de piano. Aprendió a dominar rápidamente el instrumento, improvisando al piano y tocando canciones compuestas por ella misma.

Estudió en la Universidad de Música de Osaka, y tras graduarse pretendió convertirse en profesora de piano.

A Yôko le gustaba jugar a los videojuegos y envió varias muestras de sus canciones a diversas compañías de videojuegos, hasta que Capcom concertó con ella una audición y una entrevistay, finalmente decidió contratarla.

A su familia y profesores les impresionó este cambio en sus metas.

Mis sobris me bajaron un álbum recopilatorio de sus mejores temas, el álbum se llama "Drammatica- The Very Best of Yôko Shimomura".

Es un placer para el oído escuchar este álbum. Me resulta muy difícil entender cómo, alguien con tanto talento, se haya dedicado a hacer música para videojuegos, pero también pienso que, si de esa manera, su creación llega a los pibes y no tan pibes, que los juegan, bueno algo bueno nos da esa industria.

Yo elijo escuchar la música, de los videojuegos, paso!








There is nothing either good or bad, but thinking makes it so. To me it is a prison.