viernes, 28 de septiembre de 2007

Saber..

A veces es necesario.. o quizas importante saber cuando ya las cosas llegaron a su fin. Lo dificil es cuando ese fin no fue disparado por uno.. es duro pero ... no será que sentimos la lle

Saber..

A veces es necesario.. o quizas importante saber cuando ya las cosas llegaron a su fin. Lo dificil es cuando ese fin no fue disparado por uno.. es duro pero ... no será que sentimos la lle

identidad - Tonolec

Gracias Jade, amiga, por hacerme conocer algo de la cultura olvidada de nuestro país..


Tonolec o caburé es un pájaro del monte chaqueño de canto hipnótico, un canto del que se vale para atraer a su presa. Cuentan los pueblos del territorio que el ave abusó de ese don y como castigo corrió el rumor de que sus plumas servían para hacer un payé – talismán – infalible para atraer al amor no correspondido. Así fue que nunca más vivió tranquilo.

Tonolec también es el nombre que Charo Bogarín y Diego Pérez para un proyecto que empezó a madurar hace unos años y ya ha dado un CD: fusionar música electrónica y toba. Una síntesis que fue posible por el aporte del Coro Chelalaapi, que los introdujo en las voces del monte. Del por qué del proyecto, su percepción del Pueblo Qom, la sociedad chaqueña y otras relaciones, hablaron ellos.


- ¿Por qué se decidieron a incorporar la música toba?

Ch: En 2001 éramos Laboratorio Wav y hacíamos música pop electrónica, ganamos un concurso de MTV, fuimos a España... Al estar fuera de cuadro la mirada se te vuelve diferente y podés ver mucho mejor el panorama, dónde estás situado vos en ese mapa. ¿Qué queremos mostrar? ¿Hacia dónde podemos crecer para mostrar algo nuestro? Algo que nos diferencie y que esencialmente diga quiénes somos. ¿Y qué es lo más antiguo que tenemos a nivel musical para volver a las raíces, para buscar ahí una fuente de inspiración? La música indígena.

Y nos pareció increíble porque lo indígena tiene una parte mágica, misteriosa, e introducir ese alma en el mundo de la música electrónica también está fantástico. Porque la música electrónica es catalogada de no tener espíritu. ¿Cómo se le da cuerpo a esa música electrónica? ¿Cómo se la hace más humana? De repente teníamos este elemento que es la música indígena.

D: La curiosidad nuestra fue creciendo, empezamos a investigar, a experimentar con cosas que teníamos y fue increscendo hasta ahora. Cada vez que nos juntamos con ellos conocemos cosas nuevas que abren el abanico de riquezas de su cultura y de su música que a nos alucinan.


- ¿Cómo se vive en el Chaco la cultura de los pueblos originarios?

D: Somos los dos criados en el Chaco y teniendo culturas indígenas a 20 cuadras de nuestras casas no habíamos escuchado atentamente la música toba. En general la sociedad conoce pero no es algo que verdaderamente valore, aprecie, dentro de Resistencia y del Chaco.

Ch: Se la vive con indiferencia, la gente está ahí y sabe que hay un barrio toba, pero no está al tanto de cuál es la problemática de ese pueblo, la historia de esa cultura tan rica y tan inspiradora. Es lo mismo que nos pasó a nosotros, la misma indiferencia que teníamos antes. Es ignorancia de tu propia historia, de tu propia cultura, de tu propio suelo. Si no sale a través de una revista cuál es la realidad de la comunidad toba, cuál es el reclamo que están haciendo por las tierras, nadie se entera ni le interesa. Lo mismo pasa con su música, con lo cual decimos nosotros: “Fantástico haber tomado esta línea”, porque también, a través nuestro, mucha gente, muchos jóvenes y muchas personas de edad – que a lo mejor no iban por ese camino más formal a conocer lo que era la música toba – terminan en lo que es la fuente: Coro Toba Chelaalapi, con sus canciones antiguas, con lo que tienen para decir respecto de su relación con la naturaleza y de sus valores humanos.

- Tonolec puede servir como puente entonces entre la sociedad no indígena y los pueblos originarios, limar asperezas, indiferencias.

Ch: Es lo que tratamos de hacer y es lo que ellos nos hicieron dar cuenta cuando hablaban de qué representábamos nosotros. En principio hay una similitud ya de nombre que jamás nos dimos cuenta al elegirlo, somos dos aves, ellos son chelaalapi - que es la ‘bandada de zorzales’ - y nosotros somos tonolec. El tonolec es el ave que atrae a la gente y el zorzal da las buenas noticias, ahí establecieron un lazo.

- ¿Qué dimensión tomó en ustedes la música toba?

Ch: Al trabajar con su música y darnos cuenta de que es religiosa decimos: “La tenemos que tomar con respeto”. Al saber que es religiosa te empezas a interesar: “¿Qué dicen las canciones?”. No hay letras porque fueron un pueblo ágrafo hasta hace pocos años y, a pesar de que ahora tienen escritura, sus canciones no están escritas. Entonces, nos acercamos al coro y una cosa fue llevando a la otra, fue como un camino inducido por un hilo totalmente transparente, ni nos imaginábamos hacia dónde estábamos yendo, evidentemente estábamos yendo tierra adentro.

D: Nosotros no queríamos revalorizar una cultura por oprimida, ir a decir: “Pobres, les sacan las tierras”. Nos parecía que eran músicos increíbles y una cultura de la cual se podía aprender un montón de cosas, que estaría bueno mostrar y también nosotros empaparnos de algo de eso. No fue por una cuestión de decir: “Uy, pobres los tobas, vamos a tratar de que su música se conozca”.

Ch: Queremos transmitir una cultura, pero sin levantar esa bandera del oprimido, de la pobreza. “Miren que estos son valores que estamos necesitando, una cultura de la cual podemos aprender”, porque nosotros somos una sociedad bastante enferma.

- ¿Se puede reproducir la cultura toba sin hablar de la situación material del Pueblo Toba?

D: Nosotros tenemos un vínculo afectivo y de valoración que hace que todo lo que podamos hacer por ellos lo hagamos, pero la diferencia es la actitud que tratamos de tener de entrada, no de levantar esa bandera del oprimido, porque muchas veces lo que pasa es que por hacer hincapié en eso se desvaloriza lo que es la cultura.

- ¿Encontraron elementos comunes entre lo que hacen ustedes y lo que hace la gente del coro?

D: Además de encontrar cosas en común lo que hicimos fue aprender como músicos, por ejemplo, con los silencios, con minimizar los elementos, decir más con eso que tenés. Utilizar lo que tenés para decir pero no llenar de información el texto. Inclusive los textos de ellos son cortos, son concisos y mediante la repetición cobran un sentido que es trascendental de alguna manera.

Lo electrónico no es un estilo, en realidad lo electrónico es una herramienta, vos la podes usar de muchas maneras. Como que te diga que un carpintero hace muebles, pero no hace martillos, el martillo es la herramienta. Nosotros a partir de eso empezamos a buscar dentro de lo electrónico cosas que tengan que ver con el sonido que habíamos conocido en la música toba, que no invada esa sonoridad, que se armonice, que tenga una mezcla y que todo pueda estar dentro de un mismo paisaje. Porque también al ser chaqueño te empezas a encontrar con que hay mucha relación entre el sonido de la música toba y el paisaje chaqueño.

- ¿Cómo sigue Tonolec?

Ch: No decimos que vamos a estar eternamente como Tonolec trabajando con la etnia qom o con la temática indígena, estamos empezando, vamos a seguir por ese camino, pero tampoco nos ponemos barreras ni nos limitamos a lo que es ese canto.

- ¿Cómo reaccionó la gente del coro cuando escuchó el CD?

Ch: Estuvimos un año de preparación, aparte de dos años trabajando con ellos en nuestro disco, creo que ellos recién a partir de este viaje que hicimos en conjunto [por Buenos Aires], conociéndonos mucho más profundamente, compartiendo momentos, se dieron realmente cuenta de cuáles son nuestras intenciones. Para ellos también es difícil responder si está bien o está mal lo que hacemos. Ellos están en constante observación sobre lo que estamos haciendo, que esté bien o que esté mal puede variar de acuerdo al rumbo que le demos a nuestra música.

- ¿Tienen miedo de que les pase como al tonolec?

D: Es una advertencia que nos hicieron. Nos parece super interesante la historia y nos parece super interesante estar ahí, porque creo que es una situación en la que está todo el mundo en realidad. Es una lucha que tiene toda persona en el mundo, de acuerdo a su vanidad y a su autoestima. Y está bueno que tengamos esa leyenda encima, las leyendas son para aprender y no cometer los errores que se cometieron antes.

Ch: El bicho más polémico, que es fetiche de la suerte y tiene un canto hipnótico que atrae pero tiene ese revés del egoísmo, de la vanidad, que debe ser uno de los peores pecados capitales. Estamos advertidos sobre eso y creemos que no tenemos eso en nuestro espíritu, al menos no en el grado dañino.

jueves, 27 de septiembre de 2007

Cine

Va un trailer (americano para los menos "abiertos") de una gran película oriental. De Chan-wook Park el trailer de Oldboy

domingo, 23 de septiembre de 2007

Ben Harper - Morning Yearning

Julio Artucio = Cine

La charla podría haber comenzado por cualquier lado, pero empezó así: “Cierta parte de la sociedad tiene el mal de la cinefilia”.
—¿Cómo es eso?
—Es la que crea mitos alrededor de cosas que se transforman luego en errores históricos. En Argentina se endiosó ciertos tipos de obras y condenó a otras. Y nunca abrió. Uno hablaba con gente de un sector, y podía defenestrar a todo el cine norteamericano o hollywoodense, excepto Wells. Pero era porque desconocían un montón de otro cine. Estaban los que veían clásicos estadounidenses, incluso serie B. Y de la otra vereda, sólo clásicos europeos. A partir de eso, se construyen mitos alrededor de directores pero que luego no pueden sostener porque no conocen otras cosas. Pongamos un ejemplo: Kurosawa. Nadie niega su capacidad y su talento, pero dentro del cine japonés y de su mismo periodo hay otros directores que están por sobre él. Pero como no los vieron, a los tipos se les acaba el recorrido y los argumentos”.
Y para ampliar, Julio se refiere al mito de la originalidad y lo novedoso.
“Las historias ya se dijeron todas hace mucho tiempo. Las cosas que aparecen como nuevas ya fueron nuevas hace rato. El tema es cómo lo haces. Porque si un guión dice: ‘Un grupo de vacas sale del establo’ ¿cómo se filma esa frase? Hay múltiples formas. A mí me fascina el lenguaje de un Bela Tarr, que puede hacer 15 minutos de toma con las vacas saliendo del establo.
—O sea en tiempo real.
—Claro, la película dura siete horas y cuarto. Es decir que a vos como espectador te queda aceptar o no su ritmo. Tarantino al filmar Perros de la calle toma la historia de Ciudad en fuego de Ringo Lam y hace una especie de remake. Y cuando la termina comienza a borrar los rasgos originales y la deconstruye, quitando algunas escenas que la acercarían demasiado a la de Lam.
Otro caso: Pulp fiction sería una película del montón si la armamos en forma lineal, cronológicamente. Lo interesante es justamente cómo está armada.

La publi comecabezas
Como buen cineasta formado y que necesita comer, Julio también trabajó en publicidad.
“El mundo de la publicidad en Buenos Aires es cruel y desgastante. Los tiempos son tremendos porque la jornada de trabajo se sabe cuándo empieza pero no cuándo termina. Y no digo a qué hora sino qué día. Y no por nada –sin ser fatalista– un par de los mejores directores de fotografía que tuvimos fallecieron muy tempranamente: Bielisnky y Bender. Los dos se fueron antes de los 50. El estrés al que te someten es fatal. Yo pasé buenos momentos y es cierto que se gana muy bien, por eso los técnicos quieren trabajar en publicidad. Hay directores que vienen de ahí: Puenzo o Sorín, para hablar de dos conocidos. En la televisión pasa lo mismo, son 12 o 16 horas de grabación porque los actores tienen tiempos limitados, entonces hay grupos técnicos dobles: unos hacen interiores y otros exteriores. Es un clima febril y termina desgastando prematuramente a todo el mundo. Por eso el cine en condiciones normales es casi un lujo. Porque además, en líneas generales, se trabaja bajo sindicato.
Yo recuerdo estar filmando publicidad el 20 y 21 de diciembre de 2001, cuando la ciudad ardía. Y fue durísimo. En ese sentido, la docencia me dio un poco de tranquilidad y gané experiencia. En el 97, a través de una beca, viajé a Barcelona y allá me tocó hablar ante 150 personas. Y me gustó, porque con los alumnos se da una relación muy interesante. Por supuesto, a veces tenés grupos muy buenos, otros regulares y otros que tenés ganas de preguntarles qué están haciendo sentados en ese lugar perdiendo el tiempo”.
Si bien su tesis fue sobre sonido, también su preparación incluye historia del cine y trabajó durante tres años en La Pampa con un grupo, el cual produjo 18 cortos. Por cambios políticos, al poco tiempo se tuvo que bajar del proyecto.
“De algún modo, ese mismo proyecto es el que ahora está funcionando en el Instituto Audiovisual de Entre Ríos. Lo empezamos con Luis Cámara y así se fue conformando la coordinación de un movimiento. Y es un poco lo que quiere el Instituto, descentralizar la actividad y darle impulso en las provincias. Aun cuando la actividad está centralizada en Paraná, se les permite venir a todos los chicos de otras localidades para este curso de capacitación que estamos haciendo. Y la verdad es que hay muchos grupos trabajando fuerte en la zona y sectores muy organizados generando proyectos constantemente. En La Paz, Colón, Crespo, Concepción del Uruguay, Villa Elisa hay actividad, en una provincia sin tradición audiovisual.

¿Para quién canto yo entonces?
“Las cadenas de exhibición están en manos de corporaciones estadounidenses. Eso quiere decir que por más cine que produzcamos, si no tenemos dónde proyectarlo son latas guardadas en anaqueles. Película argentina que se estrena dura dos días en cartel, se las cajonea presionadas por las distribuidoras y viene un tanque con pochoclo a tomar las salas. De todos modos, las películas que se filman no deberían olvidar un detalle: del otro lado hay público. Y el público no sabe qué se le está dando porque la crítica no ayuda. Construye una imagen que no tiene nada que ver con lo artístico, entonces la gente no puede valorarla. La pregunta sería: si no la pagara el Instituto de Cine ¿harías esa película? Porque se pueden conciliar los dos puntos, o acaso lo único que puede llevar gente es una película con Francella. Una cosa hay que aclarar, de todos modos: sin un Instituto, no hay cine argentino.
Palabras más,
palabras menos
“El cine es un hecho cultural y económico, y por tanto político. En 1919 el presidente Wilson de EE.UU. estableció que Hollywood formaba parte de la política exterior norteamericana. El cine sería el punto de entrada del ‘American way of life’”.

Egresado de Comunicación Social en Paraná y del Enerc (Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica), especializado en sonido. Jurado del Premio Escenario en Medios Audiovisuales. Fanático y especialista del séptimo arte, Julio Artucio posó para La Isla y habló de su pasión: un cuadrito rectangular y vívido llamado cine.