Jueves, regreso del laburo caminando por "La saladita" de Florida camino al subte.
Voy arrastrándome por las veredas, tratando de no tropezar con algún puesto/hijo de puesteros/producto de cuarta de calidad inimaginable que se vende en puesto.
Miro mi entorno, turistas mayormente brasileros comprando esos productos de calidad inimaginable y tan pero tan representativos de nuestros pagos.
Lo veo, una mesita improvisada, él parado a 3 metros, lleva el brazo hacia atrás y lo arroja con maestría.
"Él" se aplasta pareciendo un manchón, un cacho de gelatina descongelada, una franca porquería, como nos sentimos muchos a veces, pero al instante, rápidamente vuelve a su forma original, como si nada hubiera pasado, como si nada ni nadie pudiera destruirlo.
Quiero ser un "tomate loco"...
A mí me asusta ese tomate, cosa 'e Mandinga.
ResponderEliminarA mí me da mucha curiosidad cómo cornos es que se rearma luego de quedar destruído. Ojalá todos tuviéramos esa capacidad, no?
ResponderEliminarMe encantó!! Yo también quiero mi tomate loco!!
ResponderEliminar(será que estoy del tomate?)
Besitosssssss
Marina, en cualquier momento me compro uno. A ver si me mimetizo!
ResponderEliminarnena nena, no me digas q vos, yo, y tanta gente, "no somos tomates locos"???
ResponderEliminarsabés las veces q me dejaron asi de aplastada o pior, y me "reconstrui" again?
no se si tan rapido como el tomate pero bue, una hace lo q puede
jajajajaja
, no se por qué, pero me imagino q también tenes la capacidad :)
"una alegrìa enorme estar acá"
sigo leyendo para abajo, toy contenta!
ah, en mi blos, esta mi mail, si tenes ganas contame un poco mas de eso, q me dio curiosidad la verdad
besoooooooos
Hola Clau!! Bienvenida!! Después te mando mail y te cuento! Es muy de locos!
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