Ese jueves, después de que se fueran papá e hijo, decidí que era el momento de hablar.
Tenía el pretexto perfecto para adelantar mi regreso: "Nat, me dijo mi hermano me llamaron de un par de inmobiliarias, no quiero dejar pasar más tiempo, volviendo el martes me queda más tiempo para buscar, sabés que trabajando se complica".
Ella entendió, así que el viernes fuimos a cambiar el pasaje.
El resto de los días transcurrirían más tranquilos, el sábado decidimos ir para el lado de Miramar, y allí se nos ocurrió ir a visitar el Bosque Energético, cuya
gráfica fue el orígen de estos posts.
Dejamos a la pobre perrita encerrada en el coche, en el estacionamiento de ingreso, y nos encaminamos hacia el bosque. De camino vimos cientos de palitos como estos:

Intentamos hacer lo mismo, supuestamente ponés dos ramitas en T y se mantienen sin caerse, pero no nos resultó :(.
También había gente abrazándose a los árboles

Seguimos caminando por la zona hasta pasar el bosque, se escuchaba el mar, entonces decidimos ir hacia allí a tomar unos matecitos al sol. Buscamos un sendero, como había muchos y la señalización era casi inexistente, cortamos camino por en medio de árboles y matorrales hasta llegar a la playa.
Allí pasamos un buen rato, había mucha gente con cuatriciclos y motos, y el viento era muy fuerte. Cuando decidimos regresar, nos metimos entre los matorrales nuevamente, pero no encontrábamos el camino y todo se hacía más espeso. Nat dijo que ibamos bien y se metió entre la espesura, cuando quisimos darnos cuenta la habíamos perdido, le gritamos pero su voz se sentía cada vez más lejos. Con K. decidimos tomar otro rumbo más tranquilo y.. sep, nos perdimos.
Estuvimos tratando de encontrar una salida, por fin salimos a un sendero, de ahí a otro más grande y por ahí vimos no muy lejos la ruta, así que decidimos salir a ella e ir caminando hasta el estacionamiento. Nos habíamos desviado varias cuadras.
Cuando llegamos Nat hacía rato estaba esperándonos, con la perra, burlándose de nuestro poco sentido de orientación.
Mientras estuvimos perdidos en el bosque, no sé si fue por el campo energético o que, pero la verdad es que sentí que había una fuerte atracción entre K y yo.
Esa noche fuimos al Puerto a cenar, el domingo transcurrió tranquilo, y ya las cucharitas nocturnas no se repetían, tampoco las sesiones de cine. Digamos que ya no me sentía de más, pero de todos modos tenía ganas de volver a casa.
El lunes fuimos a Santa Clara del Mar e hicimos playa allí. Ese día Nat, sorpresivamente, volvió a sus histeriqueos con K, peleándolo por cualquier tontería. Agradecí que ya regresaba al otro día porque me hizo sentir molesta. No salimos esa noche ya que yo tenía que preparar la maleta.
Así que volvimos a la sesión de cine, pero esta vez K. se sentó en el piso. Al rato Nat comenzó a quejarse de dolor de cabeza, de vez en cuando le dan terribles jaquecas, así que K. fue a buscar paños de agua y se los ponía en la frente. Estuvimos un rato pendientes de ella hasta que pareció dormirse. Ya era tarde así que K. se fue al altillo a dormir, y yo traté de hacer lo propio.
Pasaban los minutos y no me podía dormir, así que comencé a repasar con la mente cosas que tendría que hacer a mi regreso, habré estado un rato así, pensando, cuando escuché que Nat se movía, luego se levantó, y para mi sorpresa escuché sus pasitos subiendo al altillo....
"No podésssss!!" pensé... "No podés esperar a que me vaya??!!!!"""
Me tapé hasta la cabeza y traté de dormir, tratando de no escuchar los cuchicheos.. después de un rato escuché, entre sueños, los pasitos de Nat bajando. "Menos mal que me voy mañana", pensé, casi entre sueños.
A la mañana siguiente me desperté y me fui a tomar mates a la cocina, Nat estaba durmiendo. Cuando se levantó le pregunté cómo se sentía de su dolor de cabeza. Me contestó que mejor, aunque se la notaba molesta.
No pude con mi genio y le comenté la había escuchado subir al altillo, y me dijo que como yo roncaba y le hacía doler la cabeza había tenido que subir, pero como K. roncaba también al rato había bajado.
Me sonreí y pensé: "Debo ser la primera persona que ronca despierta", pero no se lo dije.
Pasando el mediodía ya estaba volviendo a Buenos Aires, contenta de que el viaje a MDQ hubiera llegado a su fin, sin imaginar que, aún, correría mucha agua bajo el puente.