
Jardín japonés, la primavera se prestaba para un paseo, hacia allí fuimos con Nat.
“Qué loco aparezca este tipo ahora, tiempo sin saber de él”.
“No le des bola, te quiere coger nomás”.
“Eso está más que claro”, le contesto. Además estoy con Ale y lo adoro. “Y vos? Qué onda con tu amigo cariñoso?”.
“Nada, voy a la casa, me cocina, cogemos, y al otro día me voy a casa, pero no lo dejo que me bese”.
“Say what??” Por?”
“Porque no”.
Me callo, y pienso, me resulta difícil de entender la relación de Nat con .. ahí caigo que no sé su nombre.
“Ale.” Me contesta.
“Ah! Como el mío.”
Y me quedo pensando en Nat, y su necesidad de parecer fría, autosuficiente, el querer reflejar que no necesita de nadie.
Y volvemos al tema recurrente en nuestras conversaciones.
“Y K. es un pelotudo, le dije que necesitaba me ayudara a llevar unas cosas, yo siempre estoy, él se borra, .. “.. “… “…y K.. esto, y K lo otro.
“Nat, “ le digo, “pero es tu amigo, no tu novio o tu hermano, no exigís demasiado de él? Estás segura que no sentís nada por él más que amistad?”
“Naaaah.. nena, además es el ex de mi mejor amiga.. K no me mueve un pelo. No vas a venir a decirme como ella que ahora que se separaron tengo el camino libre, no? Cualquiera, además lo tengo a Ale para garchar”.
No digo nada, pero me guardo el beneficio de la duda, y sigo sacando fotitos, como éstas.



