Aimée Mann me da esa calma que hoy necesito. Salgo al balcón y los visitantes han dejado sus marcas. No estoy muy acostumbrada a ello, en mi otro balcón sólo habitaba un enjambre de moscas, con las cuales ya tenía una buena relación y hasta las dejaba que hicieran remolinos en el living. Aquí, mis queridas palomas que parecen pollos y los diversos pajarillos depositan sus heces, aunque el otro día viendo un documental, las aves largan caquita+pis todo junto.. y claro, nunca les vi el pitilín.. o tenían?
Extraño el otro depto, suelo encariñarme con los lugares que habito, y fueron cuatro años allí, cuatro años de historias... Extraño el pasearme en ropa interior, alternando la limpieza con el solcito del balcón.. pucha, aquí el sol da de mañana. Pero sí, esta es mi casa y lo será por mucho tiempo. Ya nos acostumbraremos, nos encariñaremos, nos cuidaremos.
El lunes compro repelente para palomas.
